Limpieza suave: Utiliza jabones o limpiadores suaves y sin fragancias de marcas de laboratorios dermatólogicos acreditados, evitando el uso de productos abrasivos que puedan irritarla.
Hidratación diaria: Aplica una crema hidratante de marcas de laboratorios dermatólogicos acreditados para tu tipo de piel, después del baño y varias veces al día para mantenerla hidratada y suave.
Protección solar: Aplica protector solar de marcas de laboratorios dermatólogicos acreditados y recomendado por tu dermatólogo de confianza, con un factor de protección solar (FPS) adecuado para tu tipo de piel, incluso en días nublados. No olvides reaplicarlo cada 2 horas y utilizar ropa protectora y un sombrero cuando estés expuesto al sol.
Evita fumar: El tabaquismo puede dañar la piel y acelerar el envejecimiento. Evita fumar y evita la exposición al humo.
Alimentación saludable: Mantén una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras, y proteínas magras. Una buena nutrición puede ayudar a mantener la salud de tu piel.
Control del estrés: El estrés puede empeorar ciertas condiciones de la piel como el acné, psoriasis u otras enfermedades. Encuentra formas efectivas para manejar el estrés, como hacer ejercicio regularmente, o buscar actividades de recreación y apoyo emocional si es necesario.
No olvide el descanso: Duerme lo suficiente todas las noches para permitir que tu piel se repare y regenere.